13 octubre 2008

Impunidad se apodera del estado Bolívar

Investigadores de la Universidad de Oriente (UDO), Núcleo Bolívar, indicaron que de cada 100 crímenes que ocurren en la entidad, 85% quedan bajo la sombra de la impunidad, situación que ha sembrando una especie de “neurosis social”.
Los docentes del Departamento de Salud Pública de la UDO aseguran que existe la necesidad de aplicar una campaña de desarme La inseguridad se ha convertido en el problema que mayor preocupación despierta en los venezolanos, y por ende, en los bolivarenses. No hay un ciudadano en este país que no haya sido en algún momento víctima del hampa, bien en la calle, en su casa o en cualquier otro lugar y hora del día o la noche. El problema ha permitido desarrollar en la población una suerte de “neurosis a la inseguridad”, según señalan el sociólogo Francisco Rodríguez y la médico epidemiólogo, Mirna Marcano, ambos docentes del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Oriente, núcleo Bolívar (UDO Bolívar). Para estos investigadores y profesores universitarios el temor a la violencia criminal se hace cada vez mayor. “El problema de la violencia se ha convertido en una epidemia social, y sobre todo -lo que nos preocupa más- la violencia interpersonal”, sostiene Rodríguez. De acuerdo con las investigaciones realizadas, las muertes por violencia están por encima de aquellas con carácter cardiovascular, e incluso del cáncer y el Sida. Preocupación académica Los docentes lanzaron un alerta y manifestaron su preocupación ante un problema que en los últimos años ha rebasado de una manera escandalosa y, contra todo pronóstico, la tasa de homicidios. “En Venezuela se calculan las cifras de 45 muertes violentas por 100 mil habitantes. Mientras, en el estado Bolívar está cercana al 60 por cada 100 mil habitantes”, afirmó Rodríguez. El catedrático universitario sostiene que la violencia ha arreciado en el país, significando el grado de ensañamiento. “Hemos visto cómo en los últimos meses en la región, y en nuestra ciudad, se han registrado crímenes horrendos, que llaman la atención”, apuntó, recordando el asesinato del joven estudiante de la UDO, Victor Rosales, acribillado a tiros para despojarlo del vehículo de su madre. “Esto significa que el instituto criminal ha aumentado”, afirmó Rodríguez, y agregó de manera particular que inciden dos factores, en primer lugar el resentimiento social agudizado y el comportamiento criminal usado para amedrentar y crear miedo, propio de la violencia carcelaria. Cree que la cultura carcelaria ha trascendido los muros de las prisiones para asentarse en las calles. Impunidad prevalece De 100 delitos violentos que se comenten, bien homicidios, atracos, abuso sexual y otros, las cifras que muestran los mismos cuerpos policiales demuestran que más del 85 por ciento quedan bajo el velo de la impunidad, según sostiene el sociólogo y docente universitario. “Hay una impunidad que no puede seguir existiendo, porque lo que se está alimentando es la inclusión delictiva que hay en la calle”, agregó Francisco Rodríguez. La profesora Mirna Marcano, jefa del Departamento de Salud Pública de la UDO, asegura que existe la necesidad de disminuir ese grado de violencia que va implícito en algunos programas televisivos. Además, “nosotros estamos convencidos de que debe venir una campaña de desarme”. Afirmaron que no se puede permitir que cualquier persona ande por la calle con una pistola. “En el país hay un acceso del ciudadano a las armas, cualquiera puede cargar una pistola, sobre todo esto se ve en las barriadas de la ciudad”, dijo Rodríguez. Y han sido todos estos factores los que han impulsado a la Universidad de Oriente, Núcleo Bolívar, a través de su Departamento de Salud Pública a crear el “Grupo contra la violencia”, cuya labor está orientada a investigar las causas y buscar factores para la prevención de este fenómeno. El grupo está integrado por especialistas en diversas áreas, como los profesores Luis Cordova, Franklin Arzolay y otros.
Violencia de género
Mirna Marcano resaltó la necesidad de que la violencia de género, donde la mujer es la principal víctima, pueda ser erradicada. “La violencia doméstica está enmascarada en muchos aspectos y debe existir en las instituciones la confiabilidad para que las mujeres denuncien a sus agresores y no se dejen maltratar”, dijo. Marcano explicó que las investigaciones han demostrado que detrás de todos los delincuentes u homicidas están hogares de violencia y maltrato físico y verbal que ha ido de generación en generación. “A pesar de los que a veces hemos tenido es importante el fortalecimiento de la familia, donde la mujer debe tomar la decisión de hacer la denuncia y decir ya basta a ser agredida”.

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