27 octubre 2008

Dilema de la sobrevaluación atrapa al Ministerio de Finanzas

La pasada semana el ministro de Finanzas, Alí Rodríguez Araque, admitió en Venezolana de Televisión el dilema del gabinete económico: "alguien me dirá, bueno, si tienes un dólar sobrevaluado, entonces es más fácil importar que producir, en parte eso es cierto, pero también es cierto que como tenemos una gran dependencia de las importaciones, si devaluamos vamos a encarecer fuertemente las importaciones".

El ministro aceptaba de esta forma un desajuste estructural en la economía. Gracias a que el tipo de cambio oficial se mantiene inalterable desde marzo de 2005 en 2,15 bolívares fuertes, mientras que el resto de los bienes registran un incremento sobre 77%, el dólar, junto a la gasolina, es el artículo más barato del mercado.

El resultado es que la moneda está sobrevaluada, un desequilibrio que deriva en que lo que se compra con 2,15 bolívares fuertes dentro del país es mucho menos de lo que puede adquirirse con un dólar en el exterior y, por tanto, se crea una fuerte propensión a importar.

Como la inflación es la más alta del continente, los costos de los empresarios venezolanos aumentan a mayor ritmo que en Estados Unidos, Brasil y Colombia, principales socios comerciales del país.

Si bien la población disfruta de productos importados a un precio inferior a los confeccionados en Venezuela, la competencia en desigualdad de condiciones implica que el crecimiento se resiente en sectores clave para crear empleo y diversificar la economía.

Las estadísticas del Banco Central desnudan los efectos de la sobrevaluación. Al contrastar el primer semestre de 2005 con igual lapso de 2008, las importaciones registran un incremento de 102% mientras que las exportaciones no petroleras, un termómetro de cómo marcha el intento por disminuir la dependencia del crudo, caen 13,2%.

Alí Rodríguez reveló que ajustar el tipo de cambio para corregir la sobrevaluación impactaría con fuerza a los más pobres, advirtiendo que "si nosotros devaluáramos el bolívar encareceríamos automáticamente las importaciones, y principalmente las importaciones de alimentos, y provocaríamos un impacto social de cierta significación".

A pesar de la sobrevaluación del bolívar, el control de precios y una red para vender productos subsidiados, la inflación acumula un alza de 36% en los últimos doce meses y en el caso de los alimentos el ascenso es de 53,3%.

Aunque el ministro de Finanzas asegura que no está planteado devaluar la moneda, la caída en el precio del petróleo puede obligar a tomar decisiones.

La cesta petrolera venezolana registra un desplome de 51,5% desde 126 dólares el 18 de julio hasta 61 dólares al cierre de esta semana.

En un reporte fechado el 23 de octubre Barclays Capital prevé una devaluación de 30% en el primer trimestre de 2009 aun cuando el Gobierno, de acuerdo con sus cálculos, dispone de fondos por el orden de 50 mil millones de dólares para cubrir el declive de los ingresos.

La devaluación se haría inevitable ante señales de que la recesión en Estados Unidos debilitará el crudo por un tiempo prolongado y, por tanto, sin un ajuste cambiario que incremente los bolívares a recibir por los petrodólares el país se quedaría sin ahorros y a las puertas de una crisis severa en 2010.

Otro aspecto a tomar en cuenta es que este año las importaciones sumarán unos 54 mil millones de dólares, una cantidad que representaría el ingreso petrolero de 2009 si la cesta se recupera y se ubica en un precio promedio de 85 dólares.

Estudios elaborados por la firma PFC, radicada en Washington y el banco alemán Deutsche Bank, colocan a Venezuela como el país más vulnerable a la caída del crudo entre los miembros de la OPEP.

PFC considera que Venezuela necesita en 2009 un precio promedio del petróleo de 97 dólares para equilibrar sus cuentas, mientras que en 2000 requería de un barril a 34 dólares.

Deutsche Bank afirma que el próximo año Venezuela e Irán requieren que el precio promedio del barril se ubique en 95 dólares, Arabia Saudí en 55 dólares y Rusia 70 dólares.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario