03 octubre 2008

Las Verdades de Trafalgar Square -- Patrick J. O'Donoghue -- 2 al 8 de octubre de 2008

Es agradable ver a alguien por estas islas cuestionar la gestión y los informes de Transparencia Internacional. Esta institución tiene la costumbre de colocar a Venezuela entre los países más corruptos del mundo. El columnista Vincent Browne nos dice en The Irish Times que Transparencia Internacional en Irlanda goza del privilegio de tener gente distinguida entre sus dirigentes. Browne pregunta, ¿quién se atrevería a dudar de la palabra de cualquiera de ellos?, ¿o a confrontar al grupo entero? La única razón por la cual Irlanda ha mejorado su ranking, dice Browne, es porque sus vecinos, los ingleses, se han montado en el autobús de la corrupción para callar y abortar una investigación sobre sobornos entregados para garantizar la venta de aviones de combate a Arabia Saudita. El famoso Tratado de Lisboa, nos advierte Browne, impone, para beneplácito de los mercaderes de armas, que todos los miembros de la Comunidad Europea modernicen sus ejércitos. Browne descubre una contradicción fundamental de Transparencia Internacional. La definición de corrupción según la organización es, "el mal uso del poder otorgado para beneficiar el enriquecimiento privado". Continuando su argumento, Browne lamenta que los honorables miembros de Transparencia Internacional no cuestionen el hecho de que en Irlanda se haya construido un sistema político y social con el propósito de enriquecer al sector privado. "En los últimos 15 años han surgido 33.000 nuevos millonarios y la situación se acepta como algo normal". "O como algo en contra de lo cual nada se puede hacer".
Destacando el trato que da Transparencia Internacional a Venezuela, Browne reconoce que es posible que haya servidores públicos que aceptan sobornos tal como se hacía en la municipalidad de Dublín. Pero, la razón por la cual la clase media de Venezuela odia tanto a Chávez es porque el presidente usa las reservas del petróleo para enriquecer a los más pobres. Browne termina señalando que años atrás The Economist, al igual que The New York Times, acusó a Chávez de sobornar a los pobres con dinero público. Conclusión: "Si corrupción es re-distribuir de manera radical el dinero público, que llueva y que no escampe". "Olvidémonos de Transparencia Internacional".
Por acá siguen las recriminaciones respecto a lo que está pasando en el mundo financiero. Anatole Kaletsky de The Times expresa lo que piensa un gran número de columnistas respecto a las actividades del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry (Hank) Paulson. Su artículo lleva por título, "¿Salvar el Mundo? ¡Hank no tiene ni idea!" Lo tilda de incompetente por proponer la inyección de 700 billones de dólares para solucionar la crisis económica de EEUU y por consiguiente la del mundo.
Kaletsky argumenta que Paulson es el responsable de convertir una crisis dolorosa pero manejable en una catástrofe mundial. Elocuentemente Kaletsky escribe: "Henry Paulson es a las finanzas lo que Donald Rumsfeld fue a la estrategia militar, lo que Michael Chertoff fue a la lucha contra inundaciones y lo que Dick Cheney es a la geopolítica". Les recuerdo los fracasos aludidos: Rumsfeld en la guerra en Irak, Chertoff por su asociación al desastre de ayuda a Nueva Orleáns el año pasado y Cheney como el vicepresidente petrolero. Por cierto, Paulson fue director de Goldman Sachs. Kaletsky opina que serán los demócratas los beneficiados de los errores de Paulson y Bush. Sin embargo, Kaletsky todavía no ha perdido la fe en el mercado. Anuncia que lo que se necesita es regulación de calidad e intervención gubernamental competente y decisiva.
The Financial Times es el último periódico en reafirmar su fe en el sistema de mercados demostrando que lo que les asusta es el resurgimiento del socialismo. En un editorial donde alaba al sistema, The Financial Times admite que este ha llegado al punto máximo de peligro. Después de "años de libertinaje", los bancos ya no se prestan dinero entre sí. Sin embargo, dice el editorial, el mayor peligro es que los políticos sacan conclusiones erróneas y toman decisiones equivocadas. "Es hora para tener presente los logros del mercado y lo que le espera a las sociedades que lo suprimen". The Financial Times está de acuerdo con el rescate. Dice que es bueno para negocios de éxito y para consumidores con crédito. Aunque reconoce que es un momento difícil para defenderlo, dice que hay que hacerlo a toda costa. No se trata de una religión fundamentalista, ni una ideología. Es un mecanismo que ha superado crisis tras crisis. "Inclusive hoy, The Financial Times está orgulloso de defenderlo".
Hablando de esto, no entiendo un comentario de Ken Livingstone. Lo mencioné de paso la semana pasada cuando afirmaba que el mercado era un mecanismo que funcionaba. En un ejercicio de preguntas y repuestas en The Independent, se le preguntó si él se había reconciliado con el socialismo a medida que se fue desarrollando su carrera política. También se le preguntó si los eventos de la semana pasada en el mundo financiero alentaban sus sentimientos zquierdistas. La respuesta confunde. Dijo lo mismo que dijo en la entrevista con Calvin Tucker: "como sistema para intercambiar bienes y servicios el mercado es inmejorable; pero, necesita regulación". Pregunto: Ken, ¿es o no es? La duda la tengo porque el ex alcalde de Londres invitó a China y a la India a invertir y a establecerse en el centro financiero de Londres. Otra pregunta para Ken fue respecto a si el actual alcalde puede hacer algo para detener la crisis financiera. Ken contestó que Boris Johnson debe construir vínculos con las economías emergentes para no depender tanto de EEUU. Advierte que Johnson está pensando en cerrar las oficinas que él abrió en las capitales de esas naciones. Increíble la acusación de algunos miembros del partido de Bush que se oponen al rescate del sistema financiero.
Consideran que es una forma de implantar el socialismo "gota a gota". ¡Sólo porque el Estado interviene en el mercado!
Buen artículo de Hugh O'Shaughnessy en The Statesman esta semana. Comentó sobre la expulsión de Vivanco, el de la ONG "Human Rights Watch". Estamos de acuerdo con que fue un error expulsar a Vivanco. Recibí críticas al respecto la semana pasada. O'Shaughnessy mantiene su posición crítica a las ONG's que se desvían de su misión. El irlandés dice que tiene olfato para saber cuando pasa eso porque él mismo fue testigo de lo que pasó con Amnistía Internacional cuando trabajaba con esa organización. Fue por allá al inicio de los años sesenta. Mientras se alegra que Amnistía Internacional haya crecido y expandido, lamenta que al hacerlo algunas de sus estrategias se convirtieron en descabelladas. O'Shaughnessy relata que al leer el informe de Vivanco contra Venezuela, su nariz empezó a moverse como la de un conejo. Dice que HRW llenó el documento de información falsa al criticar sin justificación alguna las libertades políticas, el estado del movimiento sindical, el trato del gobierno hacia lo que queda de la prensa libre y las mejoras en la vida diaria de los venezolanos más pobres. Además escribe que el alboroto creado por EEUU sobre los fondos para Cristina Fernández en la Argentina es pura hipocresía. El gobierno de EEUU hace lo mismo cuando financia a la oposición en Venezuela.
Según O'Shaughnessy, un joven recientemente graduado de la universidad y empleado por el Departamento del Estado de EEUU pudo haber escrito el informe. Por eso Chávez se pudo haber equivocado al expulsar a los empleados de HRW. También al criticar a las fuerzas armadas bolivarianas. ¡Nada que ver con Chávez! Al analizar la manera como HRW reporta eventos en el Medio Oriente, el veterano periodista insiste que cuando una organización gana la reputación de haber abandonado sus ideales, o se le acusa de ser parcial a favor del Departamento del Estado y del Gobierno israelí, entonces comienza a ir a la deriva. A propósito de la crisis financiera y económica y a pesar del miedo al socialismo, no se ve por aquí una fuerza ideológica socialista respondiendo al repliegue capitalista. Creo que es prematuro predecir el fin del capitalismo. Al socialismo se le condenó a muerte hace 18 años. Miren lo que ha pasado.

Patrick J. O'Donoghue
patrick.vheadline@gmail.com


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