Las Verdades de Miguel -- Miguel Salazar -- 12 al 18 de septiembre de 2008

DISLATE. Perdonen si les enfrío el guarapo, pero, es un error suponer que el MIJ es una dependencia policial, quitándole su carácter político; por lo que se ve, la seguridad no tendrá distingos entre lo penal y lo político. Llevar a un criminólogo al frente del MIJ es un disparate. El MIJ no es el CICPC. Poco o nada hará Tarek El Aissimi (ya tiene tiempo en el Ministerio y no ha hecho sino confundir funciones) y mucho menos un catedrático jubilado que nada pudo hacer para mejorar el régimen penitenciario en el Zulia mientras estuvo con Lolita Aniyar. INTERESES. El interés y la intimidación van de la mano. Hay quienes se aprovechan de la ocasión para pescar en río revuelto. Tengo dos casos específicos, pero ambos con iguales características, al menos en el proceder. Uno tiene que ver con un diario local "especializado" en el área económica y el otro con el negociado de los teleféricos (a este último me refiero en la segunda nota). Primera nota: A comienzos de este año iniciaron una campaña contra Seguros Altamira la cual cesó casi de inmediato cuando esta empresa comenzó a anunciarse con una página diaria. Semanas después el blanco de los ataques fue Seguros Ávila; a los pocos días contaba con media página diaria de esa firma aseguradora. Esta semana en ese medio se inició una serie de trabajos contra Seguros Constitución, donde con base a una información falsa señalan a esa compañía como ganadora en la licitación de los seguros de Sidor (no se ha contratado a la fecha y la empresa de El Rosal no presentó ofertas en la licitación), comprometiendo de paso a los funcionarios allegados al presidente de la CVG cuando los acusan de haber percibido una comisión de la aseguradora. Falta saber si los dueños de Seguros Constitución ceden a la coerción y se anuncian en el llamado diario de la economía. Ahora, tampoco pecamos de ingenuos, hay algo más que avisos y detrás está un chivo mayor interesado en sacar del medio a las compañías que no le son afectas. ¿Quién será? CABLES. Segunda nota: El caso de los teleféricos. La semana pasada, tan pronto vimos el programa Aló Presidente, donde Chávez elogiaba al empresario austriaco-venezolano Martín Shoffel, indagamos sobre el personaje y nos encontramos en que está relacionado con Pedro Carmona, y logramos hacernos de una fotografía donde ambos aparecen en una recepción de Globovisión meses antes del 11A. Pero, si nos sorprendió la relación de Shoffel (no por la foto) y Carmona, la mención de José Vicente Rangel en su programa José Vicente Hoy, nos dejó descolgados. JVR dijo que Shoffel quería ponerle la mano a los teleféricos que se adelantan en el país. Por informaciones que manejamos, la afirmación de JVR nos llevó a relacionarla con Pedro Torres Ciliberto, a quienes los "malintencionados" apodan el testaferro de oro, adjudicándole la propiedad de bancos y medios de comunicación, así como el hotel Tamanaco. El asunto es que "Peruchín" Torres (muy allegado a JVR) también anda interesado en el transporte teleférico y se le ha visto muy activo buscando esas concesiones. Como un personaje ajustado más bien a la trama de Los doce apóstoles, aquel famoso libro escrito por Pedro Duno en los años 70, donde describe a los protagonistas de los negociados en la "Gran Venezuela" de CAP, Pedro Torres Ciliberto aparece ahora en la mayoría de los más apetecibles negocios de la V República. CREDIBILIDAD. Los viernes de cada mañana, tan pronto leen nuestro semanario, comienzan las quejas. William Lara afirma que somos la punta de lanza de una propaganda en su contra. ¿Quién entiende a quién? Ayer nomás, el actual gobernador de Guárico decía a través de sus programas de radio que nosotros éramos pagados por William Lara para ir contra su persona. Lo cierto es que nosotros generamos opinión y eso es bastante importante, y si la generamos es porque gozamos de la mayor credibilidad. Las verdades de Miguel recoge lo que en realidad está ocurriendo y que los otros callan. Sólo en dos oportunidades en mi vida he conversado con William Lara, una fue en una entrevista que le hice en mi antiguo programa de Radio Venezuela a donde acudió acompañado de Pedro Chirinos. Antes, en abril de 2002, me llamó telefónicamente solicitándome que entrara a colaborar en el Gobierno. "Tú eres un periodista importante", me dijo. PULVERIZAR. Hay que decirlo, Chávez nunca fue santo de la devoción de Luis Acosta Carlez. Después del 4F, en un cónclave familiar, Acosta juró pulverizarlo si se lo colocaban delante: "Quisiera que me lo pusieran frente a mí en una sala para caerle a coñazos". No ocurrió. Chávez asumió el Gobierno y ascendió a Acosta a General. Tras reprimir a los huelguistas del petróleo, se ganó la animadversión de su propia familia, quien no entendió su sorpresiva identificación con Hugo Chávez. SORPRESA. En las elecciones del año 2000, todas las "encuestas" daban como ganador a Andrés Velásquez a la gobernación de Anzoátegui. Nuestros sondeos me llevaron a contrariar a la opinión de la mayoría y dimos como ganador a David De Lima. La sorpresa fue tal que el propio De Lima envió a Arsenio Henríquez a preguntarme por qué yo afirmaba tal cosa. Le respondí: "Dile a De Lima que lea historia, siento mucho que no sepa el momento que estamos viviendo". De Lima ganó y su conducta posterior ratificó mi mensaje: Nunca comprendió lo que estaba pasando, y pago fuertes a puyas que hoy continúa sin entender, y como él una buena parte de la dirigencia actual. SALAO. Mala suerte, canta el alcalde de Boconó. Compró una casa y la puso a nombre de un hermano, quien sin consultarlo, en una crisis económica le echó mano y la vendió al dueño de una discoteca trujillana. Después, el alcalde adquirió un inmueble mayor lo puso a nombre de un compadre, a quien al poco tiempo, tras divorciarse la mujer le exigió la mitad del patrimonio. ¡Se imaginan! Por cierto, Luis Cabezas, el adeco que tumbó a Ojeda la noche del 11A, es ahora el candidato del PSUV para relevarlo ¡Qué les parece! Nota: Luis es hermano de Hugo Cabezas, el candidato a gobernador de Trujillo. Por cierto, a este último unos compadres le jugaron una semejante (en el caso de trueque de riquezas) y lo dejaron en la estacada. EDIPO. El domingo 31 del pasado mes de agosto, a las 3 de la tarde, procedentes de Frankfurt, Alemania, arribaron a Maiquetía Tibisay Lucena (presidenta del CNE) y el actor Edgar Ramírez. Ambos venían de presenciar el concierto de Madonna realizado tres días antes en la localidad de Dusseldorf, al oeste de Berlín. La pareja no pasó desapercibida para el morbo popular, todo por la diferencia de edad y los amapuches que hicieron recordar el drama griego vivido por Yocasta y Edipo.

MI COMENTARIO DE LA SEMANA
El zarpazo viene del entorno. Juegan a la candelita. ¿Magnicidio o golpe? El socialismo no convence a la nueva clase capitalista disfrazada con ropaje de cooperativistas (los verdaderos se quedaron en el camino). Aunque la impaciencia puede jugarles una mala pasada, los nuevos ricos estiman que el trabajo está listo, que la penetración del aparato de la comunicación y su vinculación con los intereses antinacionales deja el mandado hecho. Los cerebros del magnicidio encuentran el camino libre, pero, gana fuerza la creación de una situación intolerable que conduzca al golpe de Estado. Se trata de desencadenar unas condiciones complicadas. Chávez, queramos que no, ha sido visto como un instrumento de los más oscuros intereses económicos, sobre todo de las trasnacionales petroleras. Pero, advierten el peligro; y es que Chávez ha sido seducido por los encantos del poder mismo. No obstante, cuando las multinacionales consideren que las políticas de Miraflores no le son favorables, entonces insistirán en salir de él. A los intereses económicos externos les importa el golpe de Estado. Los "mujiquitas" nuestros se inclinan por el magnicidio. Entretanto, quienes esperan recoger frutos en el caos, juegan a una conjugación de tesis: el esquema de Grenada; unos aprovechan a los otros. En La Meca del mercado financiero internacional saben que el Jefe del Estado cuenta con un irrefutable poder de recuperación. Hoy puede aparecer caído, pero mañana las encuestas dan cuenta del más amplio respaldo popular. Por eso no le pierden el paso. ¿Será golpe o magnicidio? Eso lo decidirán fuera de Venezuela. Por ahora, sigue una lucha silenciosa por el Gobierno, unos por mantenerlo, otros por alcanzarlo. No hablemos de los políticos cuartarrepublicanos porque esos son piezas de museo. Quienes están en el entorno de Chávez no son extraños en ese proceso; acá hasta JVR aspira, pero también Luis Miquilena. Otro tanto sueñan Istúriz y Acosta. Lucha de denuestos y zancadillas. Las aspiraciones de unos postergan a los otros. Por eso, afortunadamente, Chávez sobrevive. No es necesario el regreso a la IV porque la V amamanta a sus engendros. La oposición tradicional está en sus estertores y le da el paso al "chavismo sin Chávez". Porque chavismo para los enemigos del pueblo es el más claro alarde de populismo; en ese esquema se quedarán con el populismo y se desprenderán de todo lo que huela a contenido ideológico. Por eso se matan por las alcaldías y gobernaciones, por los beneficios particulares que se obtienen en el ejercicio de las mismas. Ahora, Chávez no es ingenuo, como el hombre con la personalidad del veguero, así como es pendenciero y cuentista, es desconfiado y culebrero. Chávez sabe que muchos de sus más cercanos llegaron a la revolución de manos de la contrarrevolución. Conoce a los negociantes que pululan en Miraflores y se hace el que no los ve. Así como le prepara el sartén al bobo de la yuca de la desinformación, así les calienta el aceite a más de uno. Chávez sabe quiénes son y quiénes han sido todos sus colaboradores y en qué andan, pero se hace el cegato ante sus andanzas. Conoce que hay muchos quienes alertan acerca del golpe y el magnicidio y que a la vez se encuentran bien comprometidos en esa aventura. Por lo demás, está obligado a dormir con un ojo abierto, porque, será hoy, será mañana, sus enemigos están seguros que él no se les va liso, por eso, las fuerzas antinacionales (parafraseando a Henry Troyat) preparan la gran fechoría.
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