04 septiembre 2008

Dudamel estremeció a la Filarmónica de Berlín

Las notas musicales recorrieron, como ondas, cada uno de los 180 instrumentos presentes en escena. Destacó la naturalidad de la Sinfónica.
“Mi batuta no tiene sonido, son los muchachos los que merecen todas las ovaciones”, dijo Gustavo Dudamel, al terminar el concierto de ayer, en la Filarmónica de Berlín, Alemania. Demasiada humildad para lo que acababa de hacer. El templo mundial de la música clásica vibró con el repertorio de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Venezuela, basado en composiciones de Igor Stravinsky y Piotr Ilyitch Tchaikovskyás. Las notas musicales recorrieron, como ondas, cada uno de los 180 instrumentos presentes en escena, para tocar la sensibilidad artística de los berlineses y de quienes vinieron de otros países a disfrutar de uno de los espectáculos más importantes del mundo. Paul Moor, crítico de la revista Musical Anerie, de Estados Unidos, no disimuló su admiración por el joven director Gustavo Dudamel. Vestido con una chaqueta del tricolor venezolano, dijo emocionado: “La primera vez que descubrí a Dudamel fue hace tres años y me hizo estremecer y llorar. Lo que acabamos de oír es una de las partituras más difíciles de la música y él lo hizo sin partitura alguna. Todo de memoria. Para mí es un genio”. La naturalidad con la que tocan la música clásica y la alegría que muestran en escena es recibida como un regalo del arte para el público alemán, marcado por la rigidez que le ha dejado una historia de guerras. Banderas venezolanas destacaban de la emocionada multitud. “Estamos agradecidos por su receptividad porque es un estímulo para seguir adelante”, dijo José Antonio Abreu, fundador de la “Simón Bolívar”.

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