-Señor,
- ¿Cuándo te vimos hambriento,
- desnudo o sediento y no te socorrimos?
- ¿Cuando te hemos visto en la cárcel?
- - En el día a día de la vida,
- en el transitar por esas calles,
- tan llenas de vacíos e indolencias,
- carentes de amor y solidaridad.
- En el continuo arrebatar del pan
- de la boca de quienes nada tienen,
- en el acto innoble de ofrecer
- una limosna inevitable y forzosa,
- que silencie tu conciencia,
- por unos momentos de tranquilidad.
- Cuando es más importante alimentar
- A una máquina de guerra y genocidio.
- Cuando transformamos calorías
- Para mover los engranajes de motores.
- Cuando la maquina productora,
- es más importante que el ser humano.
- Ahí, te hiciste cómplice callado
- de la injusticia y el hambre.
- Cuando has dado tan solo lo necesario,
- lo que no te es útil.
- Cuando miras con lastima al que sufre,
- negándole el amor necesario.
- Cuando vas apresurado al templo,
- a cumplir fastidiosos ritos repetitivos,
- carentes de sentido y lógica.
- Cuando dejas fuera de la casa de Dios,
- a quienes son diferentes a tu grupo:
- Lázaros hambrientos y mal olientes.
- Excluidos de tus santas eucaristías,
- obligados a comer las migajas y sobras
- de la insensibilidad humana.
- Cuando te has quedado callado,
- silenciando tu labor profética,
- por el temor de perder el status
- que te ha impuesto una sociedad,
- que ha perdido ternura y sensibilidad.
- Cuando callas y no denuncias,
- la transformación en combustible,
- del Maíz sagrado que debería cada día,
- Alimentar a nuestra gente.
- Cuando permitimos que impunemente
- las tortillas, la chicha y arepas,
- se transformen por alquimia satánica
- del consumismo y la ambición,
- en gasolina y lubricantes que moverán
- las maquinas genocidas del terrorismo.
- Me has visto protestanto en contra
- de la deforestación y la desertificación,
- en contra del calentamiento global.
- me has llamado alegremente extremista.
- Sí, me has visto parado frente a una maquina,
- que deforesta las selvas y bosques,
- para alimentar tanques de combustibles,
- de barcos, aviones y carros de guerra,
- de potencias que invaden a los pueblos,
- basadas en mentiras y falsedades.
- Adueñándose de riquezas ajenas,
- para mover las maquinarias contaminantes,
- de las economías de países ricos.
- Me ves por las calles atestadas,
- de nuestras ciudades y pueblos;
- Levantándome todos los días,
- para buscar el sustento de mi familia.
- ¿No me recuerdas?
- Algunas veces me acerco a tu casa,
- te pido trabajo en tu jardín,
- a veces te pido un poco de comida,
- en ocasiones no tengo oportunidad
- de hablarte ni mirarte,
- cierras tu puerta y tu corazón,
- ante mi apariencia de indingente.
- Me ves a diario en la noticia.
- Soy aquel o aquella que no logra
- recibir atención medica gratuita,
- ni tampoco una educación digna.
- Soy aquella persona que aborreces,
- por vender cada día su cuerpo.
- Aquella persona victima de la delincuencia,
- o el delincuente victima de la sociedad.
- Ahora me veras con más frecuencia,
- cuando mi alimento se convierta
- en plásticos, lubricantes y gasolina.
- Llegaré a tu puerta todos los días,
- hasta tres veces.
- El hambre nos hará encontrarnos,
- nuestros caminos será coincidentes,
- más frecuentemente tocaré a tu puerta.
- Estaré en tu puerta llamando,
- ¿Abrirás tu casa?
- ¿Cenaremos juntos?
- ¿Compartirás conmigo tu amor
- O tus migajas?
- Me ves todos los días,
- de muchas formas,
- con diferentes rostros.
- Estaré muriéndome de hambre,
- En cualquier noticia internacional.
- Me veras protestanto en el amazonas,
- En el África ancestral,
- en Haití.
- En una variedad de rostros
- y acciones y quizás me ignores,
- o a lo mejor me critiques y condenes.
- Estaré en los titulares de los periódicos
- Me llamaran desestabilizador o guerrillero,
- seguro estaré en muchas cárceles,
- como la de Guantánamo,
- o como la de Abu Ghraib,
- por el solo hecho de protestar,
- por el derecho de la gente a alimentarse.
- En la crisis alimentaria que se aproxima,
- me veras recurrentemente,
- todos los días muriendo de hambre,
- en cualquier país del mundo.
- Quizás en un país vecino,
- o en tu propia ciudad.
- ¿Qué harás?
- ¿Caminaras apresurado para llegar al templo?
- Oraras por las victimas del hambre,
- darás gracias a Dios porque no eres
- como ninguna de ellas.
- Quizás digas que tus cuentas bancarias
- están llenas de tu trabajo y constancia,
- que puedes dormir en paz,
- regocijándote en tu prosperidad.
- Sí, me has visto hambriento,
- desnudo, sediento,
- encarcelado y desesperado.
- Me seguirás viendo,
- no me ignores más.
- desnudo o sediento y no te socorrimos?
obedvizcaino@gmail.com
Maracaibo-Venezuela
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