Quienes ingresan a la medicatura forense deben utilizar pañuelos o dispositivos prestados por los propios empleados del lugar, si es que estos logran tenerlos. Es jueves y aún no llega el mediodía. El olor característico de la morgue de Bello Monte se siente pero no es comparable con el de los fines de semana, cuando los familiares, apostados a las afueras de la medicatura, señalan no poder respirar bien y hasta sentir náuseas. En este día habían llegado unos 10 cadáveres. Esposas, hermanos e hijos con tristeza entregaban los documentos de identidad y llenaban la planilla para agilizar la entrega del cuerpo y darle cristiana sepultura. Cuando el cadáver ingresa al lugar sin ningún tipo de identificación, los trabajadores de la morgue hacen el registro fotográfico, el cual se muestra posteriormente a los familiares. Si no reúne las características de la persona a quien se está buscando, entonces hacen pasar al solicitante al lugar donde se encuentran las cavas.
09 septiembre 2008
Con urgencia piden tapabocas en la morgue
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