07 septiembre 2008

Alberto Jordán Hernández: Perro que ladra

Injustos consideramos cuestionamientos contra los partidos políticos de la oposición en este proceso electoral, por las negociaciones con el fin de lograr la unidad que se impone para frenar las apetencias del corrupto autócrata régimen.
Sin dejar de reconocer los errores en que han incurrido, y de los cuales nos hemos hecho voceros, estimamos significativos los acuerdos hasta ahora obtenidos.
Por supuesto que nos referimos a las duras críticas provenientes del mismo campo opositor, porque del desprestigio de las organizaciones en general, se ha empeñado el comandante supremo. El se apoyó en ellas para llegar a la Presidencia que no pudo lograr con el sangriento y frustrado golpe del 4 de febrero de febrero de 1992. Tampoco con el igualmente sangriento y frustrado intento del 27 de noviembre del mismo año, del cuyo protagonismo intento apoderarse desde la cárcel. Inicialmente estuvo en consonancia con la pluralidad ideológica consagrada entre los principios fundamentales de nuestra Carta Magna, pero no tardó en declararles la guerra. Del divide y reinarás hizo consignas y en las escisiones que provocó hasta hubo nietos, tal sucedió con el Movimiento al Socialismo (de aquí surgió Podemos y de este Vamos). Las mismas agrupaciones que lo combatieron como golpista y adversan su régimen, han sufrido deterioro en sus filas.
PosibilidadesNo obstante, la moral política sigue vigente. En conmemoración del medio siglo del golpe cívico que derrotó la que había sido última dictadura militar e impuso la democracia, firmó el acuerdo unitario del 23 de enero. Rememoraron el año 1957 cuando al mes y medio de la rebelión sacrosanta de una Pastoral los partidos de entonces: Acción Democrática, el incontaminado Comunista, Copei y Unión Republicana Democrática, se aliaron y constituyeron la Junta Patriótica que dirigió las acciones contra el régimen que se proponía prolongar los ocho años de mando. Las académicas Fuerzas Armadas en cuyo nombre actuaba el dictador se sumaría también, con movimiento cívico, a la lucha por el rescate de la democracia y tuvo el acierto de suministrarle el avión que sin llanto, les solicitó el general para abandonar el país y marcharse a la isla caribeña (República Dominicana). Aliados, lograron a mediados del siglo XX la acción de la que después de instaurada la democracia se llamaría Sociedad Civil. Ahora, iniciando el siglo XXI, afrontan el reto de evitar que la autocracia desemboque en lo que pasó con la "dictablanda" militar: en dictadura.Han tenido un gran avance y no es atinado condenarlos por no haber alcanzado aun el éxito en tres entidades, cuando consiguió esa unión en veintitrés.Conservadoramente algunos análisis le conceden posibilidades de triunfo a la oposición en unas seis gobernaciones, pero el propio régimen tiene temor en muchas más. En su manual comicial de las tres E: estados electorales estratégicos, expresa preocupación por diez gobernaciones.Estas son: Aragua, Bolívar, Falcón, Carabobo, Lara, Mérida, Miranda, Sucre, Táchira y Zulia. Agrega el Distrito Capital y los Municipios Sucre (Miranda) y Libertador (Caracas). Pone énfasis en la votación de la juventud, clase media y los independientes, que le son poco afectos.Del instructivo electoral, copiamos textualmente esta orientación: "la guerrilla mediática debe mantenerse como "el francotirador" de la estrategia de comunicación del gobierno bolivariano, creando desunión, aflorando las contradicciones, desmanes políticos y morales de la oposición".Y pregona una consigna que bien puede plagiar la oposición: "unidad, unidad, unidad es la única garantía de la victoria".Para despertar optimismo, el comandante autoritario suele utilizar la frase atribuida al Quijote: "Los perros ladran, Sancho, señal que cabalgamos".Sin alejarnos del ambiente canino, le podemos responder con el refrán más regional: perro que ladra no muerde.

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