por Milos Alcalay / ex embajador de Venezuela en la ONULa diplomacia marroquí defendió una estrategia activa de solidaridad en el África, con el fin de ''rechazar la lógica del 'afro-pesimismo' proponiendo que se proyecte una acción imaginativa que estimule la consolidación de un África Nueva'', tal como afirma el rey Mohammed VI en su mensaje al foro.
Esta misma posición se reflejó en las posiciones de los diversos exponentes de África, Asia, Europa y América Latina, quienes coincidieron en rechazar las ideas de enfrentamiento entre países industrializados y países en desarrollo, ya que consideraron que la Cooperación Sur Sur no debe ser considerada como sustitutiva, sino como complementaria a la Cooperación Norte-Sur.
Entre otras propuestas, destacaron la necesidad de estimular la presencia del sector privado, considerado fundamental para garantizar el financiamiento del desarrollo y la incorporación activa de las ONG, de los parlamentos, de los sindicatos, todos ellos considerados necesarios para encontrar junto a los gobiernos, soluciones realistas a los problemas de los más pobres de los países pobres.
En mi condición de miembro del panel sobre Cooperación Sur-Sur del G-77, me correspondió presidir la sesión de clausura, en la que ex presidentes, ministros de Relaciones Exteriores, embajadores, altos funcionarios de la ONU, académicos y representantes de ONG dieron sus propuestas optimistas. La ex canciller del Ecuador, María Espinoza, y el senador mexicano Salomón Jara Cruz, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores para el África, fueron algunas de las voces latinoamericanas que dieron aportes en la búsqueda de nuevos caminos de solidaridad.
El coloquio le solicitó al diplomático marroquí Mohammed Benaaissa, le haga llegar al secretario general de la ONU la posición aprobada, que destaca que la reforma del máximo organismo internacional debe proyectar la dimensión social de lucha contra la pobreza contenida en las metas del milenio, pero al mismo tiempo debe asegurar la cooperación internacional comprometiendo a los países miembros con el respeto de las normas del estado de derecho, del pluralismo y de la inclusión de las minorías. Estas propuestas demuestran el signo de los tiempos que marca la marcha de la cooperación hacia una respuesta transparente y democrática como rumbo incontornable en el mundo de hoy.
Milos Alcalay
milosalcalay@yahoo.com
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