Los 26 Decretos Leyes emitidos por el presidente Hugo Chávez el 31 de julio pasado, son una camisa de fuerza contra la producción empresarial, señaló el ex presidente de Fedecámaras y presidente de la Red por la Defensa del Trabajo, la Propiedad y la Constitución.
Brito cree que esos 26 decretos presidenciales no contribuyen a la solución de la problemática actual que vive Venezuela, como el estar ubicada en la antepenúltima posición de las naciones del continente en cuanto a atraso tecnológico y desarrollo industrial productivo, que la hace altamente dependiente de las importaciones, además de una ausente política oficial en el combate a la corrupción, flagelo que cada día contribuye sustancialmente a la formación de un Estado paralelo en cuanto al manejo de recursos nacionales se refiere, lo que incide negativamente en la merma de dineros que pudieran ser destinados a combatir la pobreza, por ejemplo.
por Omar Espaillat C.-Estos decretos son leyes draconianas dirigidas a limitar la libertad individual, a afectar profundamente la propiedad privada colocando una camisa de fuerza a las empresas privadas venezolanas en materia de producción, y facilitando al Estado, a través del Gobierno, el control total de la economía y de cualquier actividad que conlleve a la producción, dijo.
Como resultado de todo esto, Vicente Brito mencionó la caída de la producción, una gran desmejora en la calidad de vida de todos los venezolanos y un incremento del desempleo, esto a pesar de las cifras oficiales que lo ubican en el 7%, pero cuando se analizan las diferentes regiones de Venezuela, nos encontramos con cifras de desempleo e informalidad superior al 65%, aseguró.
Todo el panorama descrito lleva a una situación inconveniente para la población, donde el Estado, específicamente el jefe de Estado que es el Señor Presidente de la República, tiene cada vez mayor poder y más derechos sobre nuestra forma de vida, de pensamiento y capacidad productiva, advirtió.
Recordó a países como Argentina, Brasil, República Dominicana, Costa Rica y Chile, para señalar que superan a Venezuela en capacidad de inversión privada, desarrollo tecnológico, producción y explotación racional de sus ventajas comparativas.
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