08 junio 2008

P. Ángelo Ferraro - Cortesías olvidadas

Prevenir que curar. Nadie se extrañe que esa vieja ley de la sabiduría universal tenga también su aplicación en la vida de cada día. Nos llueven por doquier las quejas contra la poca o nula educación de numerosos chicos y chicas de hoy, en los que se acusa una descarada falta de respeto a los demás, no tan sólo a los mayores, que se expresa en las colas de un comercio, en las subidas al autobús, en los comportamientos en la calle.

escrito por P. Ángelo Ferraro

Es como si estuviera en baja el "sentimiento" de prójimo; se evidencia acá y allá un egoísmo rampante y a flor de piel. Y si de ahí pasamos a zonas más calientes y delicadas, tales como el alcoholismo precoz de los adolescentes o sus extendidos desórdenes sexuales; y, en el plano religioso la "tocata fuga" de muchos y muchas de ellos apenas recibida la confirmación, no extrañe que cunda la alarma entre aquellos adultos, padres o educadores que más quieren y siguen de cerca a estos muchachos y jovencitas, cuyos desmadres y desajustes no les auguran nada bueno para su futuro personal. Mi argumentación se apoya en personas que tienen mucho más peso específico que yo.

El amigo Jorge Jerez me envió un Email con un excelente artículo de una periodista del diario El Nacional con el titulo "Cortesías olvidadas". Me limitaré a transcribir algunos párrafos de muestra:
"En las últimas semanas me ha resultado difícil comprender y aceptar la falta de cortesía, de amabilidad y consideración por parte de algunas personas en la calle, en particular de los jóvenes… Son situaciones cotidianas y rutinarias que muestran como poco a poco vamos cayendo en la apatía y en la indolencia propia de aquellos que van desconectándose de las demás personas; y estos hechos se han vuelto normales para la mayoría de la gente.

¿Dónde quedaron aquellos valores como la cortesía, la amabilidad, el servicio y la consideración que, hoy en día, son tan importantes de rescatar para darle a nuestra vida diaria un giro positivo y determinante que nos lleve a formar parte activa y responsable de la transformación de nuestra sociedad?

Mis recuerdos de la infancia y la adolescencia están llenos de momentos fotográficos amables y corteses, que me permiten recrear sentimientos y expresiones cálidas y amorosas que reafirman mi tesis de que vale la pena rescatar esos valores esenciales y las actitudes y acciones correspondientes. Todo esto nos permitirá esparcir en nuestro mundo un poco de perfume suave pero penetrante de amor, amistad, fraternidad y esperanza".

Excelente mensaje que no invita a reflexionar, más aún, me atrevo a decir: Uds. tienen la palabra.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario