Luis Enrique Oberto G. // Bienestar social y calidad de vida

El bienestar y la calidad de vida de los pueblos representan las dos caras de la misma moneda: cuánto hacen por su consecución los responsables de lograr que de manera sostenida su grado se acreciente. Ello exige del régimen político imperante que la primera prioridad en su gestión sea la gente; y, por lo tanto, la búsqueda de su bienestar -de cierta calidad en adelante-, para que el discurrir de las personas y las posibilidades de su realización se correspondan con su dignidad como tal. Libertad y respeto. Pero, para que pueda darse por sentado que una comunidad está en el camino de su bienestar no basta que disponga del conjunto de bienes y servicios necesarios para vivir bien, aún cuando ello constituya un paso muy importante, sino que debe contar además con las condiciones que contribuyen hacer valiosa su vida, la calidad de ella, entre las que figuran su libertad y el respeto de todos sus derechos.