07 junio 2008

En medio de la guerra global de las ideas, VHeadline urgentemente necesita apoyo financiero y solidaridad internacional

En la batalla contra el fascismo del apartheid y contra las mentiras descaradas sobre nosotros – los pueblos africanos sufridos y esclavizados -, en la batalla contra la ideología racista y contra las prácticas genocidas, hace 45 años atrás, junto con otros amigos, tuve que abandonar mi patria, Sudáfrica, para poder informarle al mundo sobre la verdad en cuanto a los crímenes capitalistas e imperialistas cometidos en África. Fundamos comités de defensa y recolectamos fondos para ayudarles a las familias de nuestros camaradas encarcelados y torturados, a pagar los costos judiciales que implicaba la manera legal de salvar las vidas de nuestros líderes como lo eran Nelson Mandela, Robert Sobukwe, Steve Biko y Neville Alexander.

Por Franz J. T. Lee

Entre 1963 y 1977, en toda Europa, Canadá y los EE.UU., con la ayuda de todos los amigos internacionales de la Revolución Africana, recolecté fondos, di centenares de charlas en numerosas ciudades e incluso me dirigí al Comité Especial contra el Apartheid de las Naciones Unidas. Para mí era claro como el sol, que desde el ‘descubrimiento’ y la ‘cristianización’ de nuestros continentes desafortunados, que desde la Primera Conquista fuimos víctimas de un cruel holocausto mental, de una Información y una Educación para la Barbarie.

En el extranjero, los africanos tuvimos que leer con mucha rabia las verdades a medias, todas las mentiras, los engaños y mitos fabricados sobre nosotros – los ‘miserables’, los ‘condenados de la Tierra’, como nos llamaron Victor Hugo y Frantz Fanon respectivamente. Tratamos de contrarrestar las olas de desinformación, los tsunami del control mental y las avalanchas de las operaciones de manipulación mental de la CIA, nada más con panfletos, libritos, volantes, charlas pobremente asistidas y cartas a los editores. Nos dijeron que Chaka, Lumumba, Mandela, Agostinho Neto, Samora Machel, Kwame Nkrumah, Fidel Castro o Ho Chi Minh eran ‘monstruos rojos comunistas’, ‘tiranos’ y ‘dictadores’, y muchos de nosotros incluso se dejaron engañar por tales campañas difamadoras y racistas. Hoy podemos ver la continuación de estas maniobras en todas aquellas partes del mundo, donde fuerzas progresistas tratan de cambiar el siniestro status quo capitalista, sea mediante meras reformas sociales, sea mediante esfuerzos de generar una revolución. También hoy la maquinaria internacional para la fabricación de mentiras y difamaciones, es infinitamente más poderosa que en aquellos tiempos.

Comparadas con semejante veneno mental que nos inyectan a diario el imperio del Señor Murdoch y compañía, todas nuestras campañas actuales de diseminar información veraz sobre los crímenes fascistas cometidos en nuestros continentes, y todos nuestros esfuerzos educativos se han venido disminuyendo en tan sólo una gota encima de la lava ardiente del holocausto mental internacional, que está inundando al globo terráqueo entero en estos momentos. Nuestras capacidades y ayuda financieras parecen ridículas en comparación con las fortunas que mueven la nefasta rueda de la desinformación a nivel mundial; una verdadera y auténtica libertad de expresión, así como también unos derechos humanos verdaderamente democráticos, son prácticamente inexistentes hasta el día de hoy. El mundo de las ideas sigue siendo dominado por las ideas dominantes de nuestra época, es decir, por las ideas de las clases sociales económica y políticamente dominantes.

Cualquier esfuerzo para reformar o introducir una alternativa a nuestra existente realidad capitalista, por más modesto que éste sea, en un 80% de las noticias internacionales es calificado como un peligro mortal para la ‘comunidad internacional’, declarado ‘terrorista’, una amenaza a la democracia y a los derechos humanos o perteneciente al ‘eje del mal’. Esto también es el caso de Venezuela y su Presidente Hugo Chávez, de Bolivia y Evo Morales o incluso de Zimbabue y Robert Mugabe. Toda noticia sobre esos países siempre es negativa, destructiva y alarmante. En cambio, durante décadas, el 80% de las noticias relacionadas a los EE.UU. y sus respectivos gobiernos, siempre han sido positivas, constructivas y de carácter animador: ocultando las atrocidades, las conspiraciones y los crímenes cometidos contra otros gobiernos y pueblos que tenían la mala suerte de encontrarse en el camino de los intereses estratégicos estadounidenses.

Es en este contexto histórico más amplio y en el enfoque de la ‘guerra de las ideas’, que hay que ver la batalla de VHeadline a través de la última década, defendiendo la verdad sobre Venezuela. Junto con muchos otros colegas escritores del equipo de Vheadline, publiqué centenares de comentarios y artículos en inglés y castellano en este medio electrónico, y nuestras observaciones y análisis sobre la realidad actual venezolana se podían leer alrededor del mundo.

VHeadline se ha convertido en un punto de referencia internacional para un periodismo auténtico, con su editor en jefe siempre defendiendo la causa del pueblo venezolano, es decir, del pueblo trabajador, marginalizado, excluido, de los desterrados de la sociedad capitalista.

En este sentido fueron la democracia, la constitucionalidad y la ley las que tenía Vheadline como bandera. En nombre de los pueblos de Venezuela, América Latina y el mundo, en nombre de la humanidad, no podemos darnos el lujo de perder la ‘guerra de las ideas’. ¡Son las nuevas acciones e ideas emancipatorias, la praxis y la teoría, las que tienen que triunfar a nivel global!

En su empeño de buscar y diseminar la verdad sobre Venezuela y su Revolución Bolivariana, sobre sus fortalezas pero también sus debilidades, VHeadline se convirtió en la basura no sólo en el ojo de los poderosos intereses extranjeros, que se inmiscuyen en los asuntos venezolanos por el medio que sea, y que quisieran ver al Presidente Chávez fuera del gobierno, sino también en el ojo de los oportunistas aprovechándose de la Revolución Bolivariana, temiendo su descubrimiento y denuncia.

Estos fueron las razones de por qué el financiamiento de VHeadline siempre había quedado inestable, hasta que finalmente desvaneció. Ahora, cuando la Revolución Bolivariana se encuentra en otra fase altamente crítica, donde la información veraz es decisiva, tanto para una purga interna como para la solidaridad internacional, VHeadline urgentemente tiene que volver al escenario.

Así que, apelamos a nuestros lectores, colaboradores, amigos, defensores de la causo de los pueblos de este mundo, a los que luchan por la internacionalización de la Revolución Bolivariana y a todas aquellas fuerzas democráticas y emancipatorias, amantes de la paz, a ayudarnos a realizar nuestra tarea histórica, que es la lucha por la verdad y por la emancipación, en un mundo, donde la propia especie humana está en peligro de extinción.

Como dijo el famoso George Orwell en una oportunidad: en un mundo de mentiras universales, decir la verdad, es un verdadero acto revolucionario.

venezuelanews@franzlee.org
http://www.franzlee.org



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