06 marzo 2008

Diez batallones venezolanos

Son fronteras residuales de aquel virreinato hispano de Nueva Granada, que formaron parte del sueño bolivariano de la Gran Colombia, con rediseños definitivos tras la guerra con Perú (1932-1934), en la que Colombia perdió buena parte de su territorio amazónico. Con Ecuador, no obstante, se quiso poner cierto orden en 1992 --Declaración de Ibarra--, buscando poner fin a la indefinición histórica de unos límites violados sistemáticamente por flujos y reflujos de narcos, guerrilleros y paramilitares. Un lógico convenio migratorio bilateral, pensado para beneficiar a los indígenas de la región, se convirtió en instrumento de conflictividad. En 1996 se creó una comisión binacional fronteriza. Tres años después, Ecuador destruyó santuarios de las FARC en su territorio, tras el secuestro de 12 extranjeros, tres de ellos españoles. En el 2001, los enfrentamientos entre guerrilleros y paramilitares fueron graves en Lago Agrio, en territorio ecuatoriano. La ONU cifra en 12.000 el número de desplazados a consecuencia de la violencia en la frontera, la mayoría indígenas. Allí se conoce bien lo que son laboratorios clandestinos, fumigaciones indiscriminadas y secuestros, que cruzan la permeable línea fronteriza.

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