05 febrero 2008

Año de los Idiomas: Venezuela con 35 tesoros que preservar y otros por revivir

Caracas, 05 Feb. ABN (Antonio Barrios).- Venezuela posee 35 tesoros inmateriales, diseñados y mantenidos en actividad por la oralidad de nuestros aborígenes. Esta valiosa cifra se suma a la celebración del Año Internacional de los Idiomas, proclamado por la Asamblea General de Naciones Unidas, pese a las opiniones que profetizan la extinción de algunos.

En el país existen más de una treintena de lenguas indígenas, que guardan en sí una riqueza cultural, conocida muy de cerca por el profesor y antropólogo Esteban Emilio Mosonyi, quien descalifica a los agoreros idiomáticos.

A juicio de Mosonyi, coautor del Manual de Lenguas Indígenas, estos presagios son creados por sectores que avalan la instauración de un mundo único, compuesto por un idioma único y un pensamiento único, dejando de un lado la convicción sólida del mundo progresista sobre la necesidad de la diversidad cultural.

Tanto el wayuu, una de las lenguas con más hablantes en el país, como otras más vulnerables como el warequena, bare o el yavitero, para el antropólogo criollo deben fomentarse, y en ello consiste la Ley de Idiomas Indígenas que se discute en la Asamblea Nacional (AN).

En la mencionada ley se plantea "la obligación de las instituciones, de los ministerios, de los institutos, del propio comercio, de utilizar los idiomas indígenas. En los señalamientos viales, en la educación en todos sus niveles", destacó Monsonyi.

Entre los 10 artículos aprobados en la AN, se establece que todo idioma indígena constituye en sí mismo una creación cultural altamente compleja de primer orden, y que es la expresión de una identidad colectiva, una manera de percibir y describir la realidad e interpretar el mundo.

En este sentido, la definición de idioma es rescatada por Mosonyi como "una creación muy sólida y milenaria, un código; la cuna y origen de muchas creaciones que se ramifican después".

Asimismo, manifestó que la diversidad cultural se ha visto como una necesidad "si nos apegamos a una sola cultura, aunque sea muy bonita, y a un solo tipo de pensamiento aunque sea muy avanzado, sería fatal".
"Las lenguas son inmensas creaciones que tienen la potestad de dar origen y ramificarse en otras creaciones, tienen un valor muy especial", explicó el antropólogo quien maneja una tercera parte de los idiomas indígenas del país.
Además, criticó la insistencia en la unicidad del mundo por parte de algunos grupos, "hasta hace poco en textos, sobre todo de derecha, sostenían que el multilingüismo debía desaparecer para simplificar la enseñanza; una sola lengua para acceder más rápido a los conocimientos universales. Ese discurso tecnocrático de que las lenguas no importaban, se ha superado", sentenció.

La materialización de una tremenda resistencia contra este tipo de globalización por parte de sectores a nivel mundial, es celebrada por el estudioso de las lenguas aborígenes, quien resaltó el apoyo del planeta a la Declaración de los Pueblos Indígenas, a finales de 2007, con excepciones hechas por países que no le sorprendieron: Estados Unidos, Nueva Zelanda, Canadá y Australia.

Pese a que han desaparecido pueblos e idiomas del planeta, planteó la diversidad cultural y lingüística existente como un potencial para encender de forma más dinámica la chispa de algunas lenguas y desenterrar y revivir otras.

Riesgos y posibilidades de mantener la diversidad lingüística

Hasta un ingenuo sarampión convertido en epidemia podría desaparecer un pueblito indígena y con él su oralidad, su cultura, sus creencias y sus conocimientos, resumidos en su lengua.

Ya el intelectual norteamericano, Noam Chomsky advertía en una entrevista con Rubén Wisotzki: "Cada vez que un idioma desaparece, la tradición histórica, la riqueza cultural, la tradición oral y las formas de vida también desaparecen; un pedazo de la humanidad desaparece. No se trata sólo de palabras. Los idiomas son parte de una sociedad viva".

Esta es sólo una de las angustias de Mosonyi, y una de las causas de su activa participación en fomentar la investigación y la enseñanza de las lenguas indígenas, sin embargo, tiene su entera confianza en que, tanto estudiosos y maestros de estos idiomas, como las propias comunidades están "retomando enérgicamente su cultura, su idioma, su identidad".

Los ataques de fuerzas económicas, militares, o de cualquier tipo de dominación, estaban orientados en siglos pasados a las culturas indígenas: "culturas minorizadas o minoritarias que no gozaban de respaldo oficial", según el especialista en antropología. No obstante, consideró que existe suficiente material para revitalizar algunas lenguas extintas como la de los Caracas, y hasta planteó la posibilidad de recrear cómo hablaba el líder caribe Guaicaipuro.

"Personas en estado Lara, de origen ayamán y gayón; en Mérida, de origen Timotes, que tienen la seguridad de su ascendencia indígena, y que tienen acceso a materiales, incluso de testimonios coloniales de misioneros que describen los idiomas locales antes de su extinción, están haciendo un trabajo interesante por recuperar, por lo menos parcialmente estas lenguas, incluso las desaparecidas", indicó el también autor de un Diagnóstico de las Lenguas Indígenas de Venezuela.

Finalmente Monsoyi hizo un llamado a los organismos oficiales para que le presten mayor atención al tema y a los medios de comunicación a contribuir a preservar estos tesoros intangibles que se guardan en tierras venezolanas, y que pasan desapercibidos para algunos.

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